September 26, 2007

A Vicious Attack against a Cuban Eye Hospital

 

ORFILIO PELAEZ

pelaez@granma.cip.cu

 

The obsessive attempt of different US administrations to block Cuba’s development in all fields has reached new limits under the presidency of George W. Bush, with his hardening of the nearly half century US blockade on the island.

 

Foto:Jorge Luis González ONE OF THE ENTRANCES OF HAVANA’S “RAMON PANDO FERRER” OPHTHALMOLOGY INSTITUTE

 

Beyond the already existing measures to prevent Cuba from purchasing high tech equipment, medicines or diagnostic equipment, the blockade has been applied with special viciousness to block all scientific exchange between the two countries.

 

Dr. Reinaldo Ríos Caso, deputy director of the “Ramon Pando Ferrer” Cuban Ophthalmology Institute, notes that this practice is far removed from the ethical and humane principles the US authorities claim to “defend.”

 

HIGHLY QUALIFIED PERSONNEL AND HIGH TECH EQUIPMENT GUARANTEE TOP LEVEL MEDICAL ATTENTION.

 

Rios points out that for a long time Cuban ophthalmology and particularly his institute maintained frequent contacts with the main US institutions in the field, by way of an exchange of visits, participation in congresses, training courses, scholarships, etc.

 

“Today, these academic exchanges barely exist, with the absurd policy of hounding and fining any US citizen traveling to Cuba without the corresponding permission. Thus, US ophthalmologists have stopped participating in events organized here on the island. Pressure on them is so great that they do not even run the risk of traveling through a third country.”

 

Foto: Arnaldo Santos DR. RENALDO RIOS, DEPUTY DIRECTOR OF THE “PANDO FERRER” DENOUNCED THE BLOCKADE’S ACTIONS TO PREVENT SCIENTIFIC EXCHANGES BETWEEN CUBAN AND US COLLEAGUES. Photo: Arnaldo Santos.

 

Ríos said he should have traveled to the United States in November 2006 to participate at the annual congress of the US Academy of Ophthalmology, to which he was invited along with Dr. Marcelino Rio (director of the “Pando Ferrer”) and Dr. Blanca Elena Herrera, from Havana’s Ramon Gonzalez Coro Mother-Child Hospital.

 

“We presented our visa request in due time, but the days went by and we didn’t get an answer.  When the date for the event to begin drew near, my colleagues were told that they didn’t have Washington’s approval for the trip, and that therefore they were excluded from the event.”

 

“In my case,” pointed out Dr. Rios, “they acted in a coarser way.” They didn’t deny my visa but they didn’t give it to me either. They simply said it hadn’t arrived. Then they notified me I could travel after the event had already ended, a very subtle way of preventing our doctors and scientists from attending important events held there. It’s a sort of “migratory limbo”, because when they gave me my passport back it didn’t have any note on it. It was as if I never made the visa required application at the US Interests Section in Havana, he stressed.

 

Since they were prevented from attending the forum, they couldn’t represent the Cuban Ophthalmology Society in the meetings of the Pan-American Ophthalmology Association, which always meets simultaneously with the Annual Congress of the American Academy.

 

Like other institutions from the national public health system, the “Pando Ferrer” is included on the blacklist of the Cuban hospitals that have been deprived the ability to acquire medicines, devices or equipment with US components. The same thing happens with some publishing houses when it comes to obtaining bibliography for interns and specialists.

 

Perhaps the most illustrative example of the specificity of the US blockade against the “Pando Ferrer” is the explicit banning of sales to the hospital of VISUDYNE (VERTEPORFINA), an injectable substance used for the treatment of the macular degeneration that takes place with aging. It’s produced in the United States and commercialized by the European NOVARTIS company.  Even if Cuba purchases directly from the vendor, its sale is forbidden to our institute.

 

Likewise, the “Pando Ferrer” can’t obtain equipment made in the United States or even made in other countries if they have an element or part of US origin. Such is the case of an angiography equipment model made in Germany. This increases purchasing costs.

 

The Pando Ferrer Cuban Ophthalmology Institute, a center of national reference to provide assistance and teaching in this specialty, has highly qualified personnel to diagnose and treat eye diseases. It has 34 surgical wards with high tech equipment, where, in 2006, 40,830 patients were operated on, 27,126 of which were Cubans, and record figures were registered, like 1,016 vitreous retina surgeries and 332 cornea transplants.

 

The hospital participates very actively at home and abroad in “Operation Miracle”, a program aimed at curing or alleviating vision problems of low income people. Through this program, its specialists have returned sight to thousands of people in 30 nations, particularly in Latin America and the Caribbean.

 

In must be those credentials that explain the “reasons” for such irrationality and vicious attack against the development of Cuban medicine.

 

   
    Bloqueo genocida

Credenciales para un ensañamiento

Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu
http://www.granma.cubaweb.cu/2007/09/26/nacional/artic05.html

Los obcecados intentos de las diferentes administraciones norteamericanas por entorpecer el desarrollo de Cuba en cualquier esfera han traspasado los límites de lo insólito bajo el mandato de W. Bush.

Foto:Jorge Luis González Vista de una de las entradas al Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer.

Así ocurre por ejemplo en el sector de la salud, donde más allá de las medidas adoptadas para impedir que adquiramos equipos de avanzada tecnología, fármacos o medios diagnósticos, el bloqueo impuesto hace casi cinco décadas se manifiesta hoy con particular saña en los innobles propósitos de obstaculizar todo tipo de intercambio científico entre ambos países.

Para el doctor Reinaldo Ríos Caso, vicedirector del Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, tal práctica está bien alejada de los principios éticos y humanos que dicen "defender" las autoridades de la nación norteña.

Personal altamente calificado y equipos de tecnología avanzada garantizan una atención medica de primer nivel.

Durante mucho tiempo, señala, la oftalmología cubana y nuestro centro en particular mantuvieron frecuentes contactos con las principales instituciones de esa especialidad en los Estados Unidos, a través de visitas recíprocas, participación en congresos, cursos de adiestramiento, pasantías, becas, etc.

"Hoy todo ese intercambio académico apenas existe, pues la absurda política de acosar y multar a cuanto ciudadano norteamericano viaje a Cuba sin la licencia correspondiente, ha traído consigo que los oftalmólogos de esa nación hayan dejado de participar en los eventos organizados aquí. Como la presión sobre ellos es tan grande, ya ni siquiera se arriesgan a venir desde un tercer país".

Foto: Arnaldo Santos El doctor Reinaldo Ríos, vicedirector del Pando Ferrer, denunció las acciones del bloqueo para impedir el intercambio científico entre colegas cubanos y norteamericanos.

Según cuenta el profesor Ríos, en noviembre del 2006 debió viajar a los Estados Unidos, junto con el doctor Marcelino Río (director del Pando) y la doctora Blanca Elena Herrera, del Hospital Materno Infantil Ramón González Coro, para participar en el Congreso Anual de la Academia Americana de Oftalmología, cita a la cual estaban invitados.

"Presentamos la solicitud de visa en tiempo y forma, pero los días fueron pasando y no teníamos respuesta. Ya muy próximo a la fecha del inicio del evento, a mis compañeros les notificaron que no tenían el visto bueno de Washington, por tanto quedaban excluidos de asistir al encuentro".

En mi caso, apuntó, actuaron de manera más burda aún. No me negaron la visa, pero tampoco me la dieron. Simplemente decían que no había llegado, y solo avisaron que podría hacer el viaje después de terminado el congreso. De veras es una forma muy sutil de impedir la presencia de nuestros médicos y científicos en los eventos de primer nivel que se celebren allá, una suerte de "limbo migratorio", porque cuando me devolvieron el pasaporte no tenía ninguna anotación, era como si nunca hubiera hecho los trámites requeridos en la Oficina de Intereses, indicó.

Al impedírseles asistir al foro, tampoco pueden representar a la Sociedad Cubana de Oftalmología en las reuniones de la Asociación Panamericana de esa especialidad, que sesiona siempre de forma simultánea al Congreso Anual de la Academia Americana.

Como otras instituciones del sistema nacional de Salud, el Pando Ferrer también está incluido en la lista negra de los hospitales cubanos a los que se les priva de cualquier medicamento, dispositivo o equipo que tenga componentes norteamericanos. Lo mismo sucede con determinadas firmas editoriales a la hora de adquirir bibliografía para los residentes y especialistas.

Quizás el ejemplo más ilustrativo de la especificidad del bloqueo contra el centro sea el prohibir explícitamente la venta a este del producto VISUDYNE (VERTEPORFINA), una sustancia inyectable utilizada en el tratamiento de la degeneración macular relativa a la edad, producida en Estados Unidos y comercializada por la firma europea NOVARTIS. Aunque el país la adquiera con el propio vendedor, su uso está vedado en la institución.

Tampoco pueden disponer de un perímetro y otros equipos fabricados en la nación norteña, incluso si solo contienen algún elemento o accesorio de procedencia estadounidense. Así sucede con un modelo de Angiógrafo, hecho en Alemania. Ello encarece los costos de las operaciones de compra.

Vale recordar que el Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, centro de referencia nacional para la asistencia y la docencia en la especialidad, dispone de profesionales altamente calificados en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades oculares.

Cuenta con 34 salones de cirugía dotados de la tecnología más avanzada, donde solo en el año 2006 fueron operados 40 830 pacientes, de ellos 27 126 cubanos (la mayoría), incluidas las cifras récord de 1 016 cirugías de retina vítreo, y 332 trasplantes de córnea.

Participa de manera activa en la Operación Milagro dentro y fuera de Cuba. Mediante este programa sus especialistas han devuelto la visión a miles de personas de 30 países, en particular de América Latina y el Caribe.

Recientemente el colectivo de trabajadores del Pando Ferrer mereció la Bandera por el 40 aniversario de la Caída del Che, la cual le será entregada el venidero 2 de octubre.

Es muy posible que tales credenciales expliquen las "razones" de tanta irracionalidad y ensañamiento contra el desarrollo de la medicina cubana.