Elena Pérez, una mujer que se arrepiente de muchas cosas

By y LUISA YANEZ

TERE FIGUERAS

Sentada en la atestada sala del tribunal, con la mano sujetando los audífonos que le llevaban las palabras del traductor a sus oídos, Elena Pérez contemplaba el ir y venir de los abogados con ojos inquietos.

''Mentiras'', dijo la mujer en determinado momento, en tanto levantaba una mano con urgencia para llamar la atención del juez durante la audiencia que se celebró esta semana.

La niña que es centro de una disputa internacional por su custodia, donde se enfrentan un adinerado empresario de Coral Gables contra un campesino cubano, es la hija de Pérez.

Sin embargo, Pérez, cuyo intento de suicidio fue lo que provocó que la menor fuera separada de su cuidado --y desató la posterior batalla legal por su custodia-- ha sido más bien una espectadora en el enfrentamiento a veces candente para determinar cuál será el futuro de la pequeña.

Pérez fue inflexible a la hora de decir que preferiría que la niña (cuyo nombre no ha sido revelado por The Miami Herald para proteger su privacidad) regresara a Cuba con su padre. Aunque ayer declaró que su ''mayor esperanza'' era que su hija volviera con ella, ha sido una aliada de Rafael Izquierdo, su ex amante y padre natural de la chica, que quiere llevarse a su hija de regreso a la isla.

''Si ella no puede estar conmigo --su propia madre--, entonces debía estar con su padre que la quiere y quiere estar con ella'', dijo Pérez, de 35 años, que llegó a Estados Unidos en el 2005 con su hija y su hijo. Cualquiera cosa será mejor, dijo la mujer, menos que la niña permanezca en EEUU, donde está bajo el cuidado de su padre sustituto, Joe Cubas, un conocido agente deportivo que se hizo famoso tras ayudar a peloteros cubanos que abandonaron la isla en busca de un mejor futuro.

Cubas y su esposa, María, han cuidado a la niña durante más de un año y adoptaron formalmente a su hermano de 13 años. El chico le dijo a su madre que desea quedarse con la familia Cubas, y Pérez declaró que no le queda más remedio que resignarse a ello.

Pérez dice que se arrepiente haber dejado la pequeña ciudad de Cabaiguán. Allí, dijo, sus hijos eran felices. ''Sé que este país le resulta maravilloso a mucha gente, pero estoy muy decepcionada de él'', dijo Pérez, que llegó con sus hijos en diciembre del 2005 junto a su nuevo esposo, Jesús Melendres, que según dijo la abandonó poco después de haber aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Miami.

''Mi experiencia ha sido muy mala. Mis dos hijos y yo sólo hemos pasado mucho trabajo'', dijo Pérez, quien dejó a Miami por un tiempo y trató de reconstruir su vida en Houston, donde según amigos con frecuencia se veía desanimada, y desatendía a menudo a sus hijos.

Un amigo de la familia que vive en Houston, Iraida González, le dijo a The Miami Herald esta primavera que Pérez le había pedido que criara a la chiquilla como si fuera su propia hija.

Sin embargo, ningún documento se presentó ninguna en ningún tribunal, y después Pérez regresó a Miami. Describió su intento de suicidio como un momento de debilidad en medio de desesperación y gran miseria.

''Una noche horrible, decidí que mis hijos podrían estar mejor sin mí, y entonces hice algo estúpido'', dijo Pérez. ``No estoy loca. He estado deprimida y tensa, y he pasado muchas noches sin dormir, pero estoy bien''.

El Estado de la Florida le quitó a sus hijos en marzo del 2006, y los puso a disposición de sustituta antes de que el Departamento de Niños y Familias los colocó bajo el cuidado de la familia Cubas.

La mujer nunca había escuchado del ex agente deportivo que se forjó un nombre para sí mismo --y también fue muy criticado en algunos sectores-- tras ayudar a casi media docena de peloteros a desertar y a firmar contratos multimillonarios con equipos de las Grandes Ligas.

Pérez dijo que creía que el sistema legal del país había favorecido a Cubas por su dinero y por ser una figura conocida.

Esta semana, hablando a la salida de la corte, Cubas dijo que no había recibido ningún tipo de tratamiento especial por ser quien era. ''Lo primero que tiene que hacer ella es mirarse en un espejo'', expresó Cubas, refiriéndose al papel que ha desempeñado Pérez en los problemas de su hija. Los trabajdores del Estado de la Florida, que argumentan que la pequeña debe permanecer con Cubas, han afirmado en más de una ocasión que el padre natural no fue capaz de proteger a su hija de una madre como Pérez, emocionalmente desbalanceada. En documentos presentados en la corte, los abogados del estado mencionaron las palabras de varios amigos de la familia que dijeron que en Cabaiguán Pérez tenía fama de ''loca'', y que Pérez les contó que en ocasiones Izquierdo le pegaba, diciendo que se podían ver los moretones en el cuerpo de la mujer.

Pero una vez en EEUU, Pérez ha negado que Izquierdo abusaba de ella.

Izquierdo, por su parte, dijo que estaba sorprendido y molesto por las palabras de su ex amante. ''De verdad duele ver a una mujer, que era una buena madre, cambiar de la noche a la mañana, destruida y sin sus hijos'', dijo Izquierdo.

El padre de la muchachita no quiso hacer comentarios sobre el estado mental de Pérez, pero dijo que si un psiquiatra dijo que se trataba de una persona inestable, entonces no debería tener la custodia de la niña. ''Ni aquí ni en Cuba''. Izquierdo agregó que aunque Pérez no tenga el cuidado legal de la niña, ella seguiría presente en la vida de la pequeña. ''Yo no seré tan estricto'', declaró Izquierdo. ``Nunca la alejaré de su madre''.

Pérez, por su parte, dijo estar ansiosa de regresar a Cabaiguán, bajo una sola condición: ``No me voy a ir de Miami hasta que mi hija no vuelva con su padre''.

 

tfigueras@MiamiHerald.com