Juventud Rebelde
May 7, 2005
Posada Carriles: Obvious checkmate.
José Pertierra




A CubaNews translation by Maria Montelibre.
Edited by Walter Lippmann.

The opening of the sinister legal chess game played by Luis Posada Carriles' attorneys to avoid his extradition to Venezuela, is the asylum application filed over three weeks ago. The game itself is his presumed whereabouts, and the fact that the U.S. Government cynically states it does not know anything about them. The end of the game will be the application for legal protection in the U.S., under the Agreement against Torture, and, later, a request for release under a recent decree by the U.S. Supreme Court, which states that indefinite detention for those prisoners who cannot leave the country is illegal.

Posada Carriles does not qualify for asylum because he murdered tens of peoples in his terrorist campaign during the last five decades. The Undersecretary of State for Latin America, Roger Noriega himself, stated that a few days ago. And in spite of Washington's official silence about the whereabouts of the terrorist, the United States knows where he is, because his address is in the asylum application itself.

The result of all this is clear, and Posadas will show up in Miami where he presumably has been painting (?), reading the news, and resting.

What is going to happen then? Legal and political pressure will be such that the United States will have to put him in jail temporarily, while attorneys are litigating the case. Posadas puts all his hopes for remaining in the U.S. in the final stage of the chess game he's playing. He and his lawyers know that whoever wins a case under the Agreement against Torture, cannot receive either permanent residency or citizenship, but cannot be expelled from the country. The terrorist, as macabre as it may seem, will be able to stay in the United States, painting, reading, going around freely, and, like Orlando Bosch, being celebrated by marches in Miami.

Now, does Posada Carriles qualify for legal protection in the United States under the terms of the International Agreement Against Torture? This agreement was ratified by the U.S. Senate in 1990, but the U.S. did not commit to its terms until 1999. It does prohibit deporting or extraditing a person to a country where he will probably be tortured. There is no doubt that Posada Carriles will allege he will tortured in Venezuela in spite of the fact that there isn't any concrete evidence supporting such a ridiculous theory. Even the death penalty is not allowed in Venezuela

But, why request protection under the Agreement against Torture? Because the fact that Posada is a criminal or a terrorist does not have any weight under that international agreement, while criminal acts do disqualify him for asylum. Posada's attorneys know it, and they are getting ready to slander Venezuela in the coming weeks, trying to establish in the Courts in Miami that in Venezuela inmates are tortured . The fact that there is no evidence that inmates are tortured in the Bolivarian Republic of Venezuela does not matter. Just ask the five Cuban prisoners, unfairly convicted, how easy is to manipulate and twist the truth in the Miami Courts. It is ironic that Posada is requesting legal protection in the United States under the Agreement Against Torture, when the evidence shows that it is really in the United States where prisoners are tortured. The photos of the tortured and sexually abused prisoners in Abu Grahib and Guantanamo are enough to frighten anybody.

However, under U.S. Law, any Court can now use the strategy of legal protection planned by his attorneys. What really invalidates Posada from receiving the "benefits" of the Agreement is that he himself has been accused of being a torturer when he was part of the Intelligence Service in Venezuela (DISIP) under its President at the time, Carlos Andrés Pérez. The terrorist of Cuban origin personally ordered his hired assassins to torture several political prisoners, including Jesús Moreno, in 1973, who has just announced to the press that he was tortured by Posada during his two months of incarceration.

In opening up this shady history of the torturer, Posada is in a very vulnerable position. A torturer does not qualify for legal protection according to the Agreement against Torture, and, under Section VIII, "the country (U.S.), would be forced to extradite him." In this case, to Venezuela. If the United States plays under the rules of the game issued by international law which it has adhered to, the Cuban King of Terrorism will be tried and convicted in Venezuela for his multiple crimes against defenseless people. He will have to paint, read, and play chess in a Venezuelan jail, because in the United States, the law forced him into a check mate.

*José Pertierra is a Cuban attorney

 

Posada Carriles: jaque mate a la descubierta

José Pertierra

En el siniestro juego de ajedrez legal que llevan los abogados de Luis Posada Carriles para evitar su extradición a Venezuela, la apertura es la solicitud de asilo que presentaron hace más de tres semanas. El medio juego es el supuesto misterio de su paradero, y el hecho de que el gobierno de Estados Unidos cínicamente desmiente saber donde está. El final de la partida es una solicitud para amparo legal en Estados Unidos, de acuerdo con el Convenio contra la Tortura, y posteriormente, pedir la libertad de acuerdo con un reciente dictamen de la Corte Suprema de Estados Unidos en el que se establece la ilegalidad de la detención indefinida para los presos que no pueden ser expulsados del país.

Posada Carriles no califica para asilo por haber asesinado a decenas de personas durante su campaña terrorista de las últimas cinco décadas. El mismo subsecretario de Estado para América Latina, Roger Noriega, lo dijo el otro día. Y pese al mutismo oficial de Washington sobre el paradero del terrorista, Estados Unidos sabe donde está, porque su propia solicitud de asilo contiene su dirección.

Se cae de la mata que pronto se dará el parto, y Posada aparecerá en Miami donde ha estado supuestamente pintando (¡!), leyendo noticias y descansando. ¿Y entonces qué ocurrirá? La presión legal y política será tan grande que a Estados Unidos no le quedará más remedio que meterlo preso temporalmente, mientras los abogados litiguen el caso. Posada pone todas sus esperanzas de permanecer en Estados Unidos en la parte final del ajedrez legal que está jugando. Él y sus abogados saben que quien gane un caso bajo el Convenio de la Tortura, no recibe residencia permanente ni tampoco ciudadanía, pero no puede ser expulsado del país. Entonces, el terrorista, por muy macabro que sea, se puede quedar en Estados Unidos pintando, leyendo, descansando libremente y recibiendo, como Orlando Bosch, desfiles en Miami.

Ahora, ¿califica Posada Carriles para la protección legal en Estados Unidos bajo los términos del Convenio Internacional en Contra de la Tortura? Este acuerdo fue ratificado por el Senado estadounidense en 1990, pero Estados Unidos no se comprometió bajo sus términos hasta 1999. Efectivamente, prohíbe deportar o extraditar a una persona a un país donde es probable que sea torturado. No cabe duda de que Posada Carriles alegará que sería torturado en Venezuela a pesar de que no exista evidencia concreta que apoye esa tesis tan ridícula. En Venezuela ni siquiera está permitida la pena de muerte.

¿Pero por qué pedir amparo bajo el Convenio de la Tortura? Porque el hecho de que Posada es un criminal o un terrorista no importa bajo ese acuerdo internacional, mientras que actos delictivos lo descalifican para el asilo. Los abogados de Posada lo saben y se preparan para calumniar a Venezuela durante las próximas semanas, y así poder tratar de establecer en los tribunales miamenses que Venezuela tortura a los presos.

El hecho de que no hay evidencias de que los presos son torturados en la República Bolivariana de Venezuela no importa. Pregúntele a los cinco presos cubanos, injustamente condenados, lo fácil que es manipular y tergiversar la verdad ante los tribunales de Miami. Es irónico que Posada busque protección legal en Estados Unidos bajo el Convenio de la Tortura, cuando la evidencia demuestra que el país que tortura a sus presos es Estados Unidos. Las fotos de los presos torturados y sexualmente abusados por los soldados estadounidenses en Abu Ghraib y Guantánamo ponen los pelos de punta a cualquiera.

Sin embargo, desde el punto de vista de las leyes norteamericanas, ahora cualquier tribunal puede hacerle talco la estrategia de amparo que han planificado sus abogados. Lo que realmente invalida a Posada para recibir los “beneficios” del Convenio es que él mismo ha sido acusado como torturador. Cuando él formaba parte del servicio de inteligencia de Venezuela (DISIP) bajo el mando del entonces presidente Carlos Andrés Pérez, el terrorista de origen cubano dirigió personalmente a sus sicarios para que torturaran a varios presos políticos, incluyendo en 1973 a Jesús Moreno, quien acaba de denunciar a la prensa que fue torturado por Posada durante sus dos meses de encarcelación.

Al destaparse este tenebroso historial de torturador, Posada se encuentra en una situación muy vulnerable. Un torturador no califica para la protección legal del Convenio en Contra de la Tortura, y, de acuerdo con el Artículo 8: “el país (EE.UU.) estaría obligado a extraditarlo”. En este caso, a Venezuela. Si Estados Unidos juega bajo las reglas del juego que imponen las leyes internacionales que ha suscrito, el Rey del Terrorismo cubano será enjuiciado y condenado en Venezuela por sus múltiples crímenes en contra de personas indefensas. Tendrá que pintar, leer y jugar ajedrez desde una cárcel venezolana, porque en Estados Unidos las leyes lo fuerzan al jaque mate.

*José Pertierra es un abogado cubano.

http://www.jrebelde.cu/2005/abril-junio/mayo-7/posada.html