August 19, 2007.
Peru/Urgent
The earthquake and the vultures
Hugo Blanco *
Translated by Federico Fuentes,
Green Left Weekly
Edited by Walter Lippmann.
In the earthquake of 1950 in Cuzco, I collaborated as a volunteer as part of the system of aid that had been established: my task was to register those who had lost their homes and their necessities. At first we were received with affection, yet the more we advanced in our work, the more the hostility increased. The people would burst out saying "You have registered us 10 times and yet we have received nothing!"
This was true, national and international aid was being eaten up by the vultures of the official bureaucracy.
When the earthquake hit Ancash in 1970, being in prison at the time, I found out that the same thing had occurred.
Now, it seems that the same thing is occurring, the
vultures of the official bureaucracy are fattening themselves off the pain
of the victims, rejoicing about the large amounts of national and
international aid that is arriving.
The toll from the last earthquake, on top of the 500 dead and more than
1.500 thousand injured: 45,000 houses affected; 250,000 left homeless.
boletín informativo - red solidaria
Correspondencia de Prensa
Año IV - 19 de agosto 2007
Redacción y suscripciones:
germain5@chasque.net
Perú/Urgente
En el terremoto de 1950 en el Cusco colaboré como voluntario en el sistema de ayuda, mi tarea era empadronar a los damnificados y sus necesidades, al principio éramos recibidos con cariño, cuanto más avanzábamos en el trabajo iba creciendo la hostilidad, la gente reventaba “¡Nos han empadronado 10 veces y no nos llega nada!”.
Eso era cierto, la ayuda nacional e internacional fue devorada por los buitres de la burocracia oficial.
Cuando el terremoto de Ancash en 1977, estando preso, me enteré de que sucedió lo mismo.
Ahora, al parecer es igual, los buitres de la burocracia oficial están engordando con el dolor de las víctimas, felices por las grandes cantidades de ayuda nacional e internacional que llega.
El saldo del último terremoto además de los 500 muertos y más de 1.500 mil heridos: 45 mil viviendas afectadas, 250 mil damnificados.
En primer lugar señalemos que no es cierto que los desastres naturales afecten por igual a ricos y pobres. Los ricos no viven en precarias viviendas de adobe que fueron las que se derrumbaron. Los ricos tienen el suficiente dinero para irse de la zona y tienen a dónde ir.
Es la población pobre de la zona afectada, más la de los villorrios aislados la que sufre, sin vivienda, sin agua, sin fluido eléctrico, con muertos que enterrar, con heridos desatendidos, sin dinero para comprar alimentos que han decuplicado su precio.
Es cierto que han recibido la promesa del presidente de la república de que “¡Nadie morirá de hambre!”, pero como sabemos, en todos los aspectos, continúa Alan García con sus promesas de campaña electoral que no se cumplen. A más de tres días del terremoto, a pesar de las grandes cantidades de ayuda llegada del país y del exterior, la mayor parte de la gente sigue sin recibir nada.
Las víctimas desesperadas
por el llanto de hambre y de sed de los niños, han iniciado el asalto de
almacenes que cuadruplicaron el precio de los productos, de vehículos que
transitan rebosantes de comida ante sus ojos hambrientos.
Vemos en una imagen publicada en tapa del diario “El Comercio” de Lima a un
padre con 5 pescados sacados del camión frigorífico de una gran empresa, el
diario califica de “injustificable” el esfuerzo por alimentar a sus hijos.
Los miembros de la policía encargados de “hacer guardar el orden” en muchas
oportunidades no intervinieron. En otras, realmente “hicieron guardar el
orden”, organizaron el reparto que ellos mismos ejecutaron. Les felicitamos
calurosamente, sabemos igual que ellos, que han de recibir un castigo de sus
superiores, admiramos el florecimiento de la solidaridad humana en sus
corazones.
En lugar de agilizar la entrega de ayuda, la medida que ha tomado el gobierno ha sido enviar fuerzas represivas para evitar el ataque a los camiones de las empresas que transportan alimentos.
Recomendamos a los donantes que vigilen directamente el destino de sus donaciones, quienes pueden usar la vía de alguna ONG, que lo hagan, en general son rutas garantizadas. Lo que es seguro es que la vía gubernamental está llena de buitres que devorarán la mayor parte de la ayuda.
De paso mencionemos que
los servicios de la empresa telefónica cuyo sirviente es el gobierno de Alan
García colapsó en forma criminal luego del sismo, naturalmente queda impune.
19 de agosto del 2007
* Dirigente histórico de la izquierda revolucionaria y de la Confederación
Campesina del Perú (CCP).
Correspondencia de Prensa, difundido por la red solidaria de información. Los artículos firmados no comprometen la opinión editorial del boletín. Redacción (Ernesto Herrera). Suscripciones: germain5@chasque.net