Pregunte sin pena

¿Existe el amor perfecto?

Por: Mariela Rodríguez Méndez. Máster en Psicología y consejera en ITS y VIH /SIDA

Correo: digital@jrebelde.cip.cu

W.M: A pesar de haberme fijado en muchas jóvenes, no he perseguido a nadie. La mayoría de las chicas de hoy, con aires de grandeza y sueños estilo imperio, están en la búsqueda del inexistente príncipe azul. No les basta con lo que se puede conseguir. Desean más con desenfrenada ambición. Se empeñan en imitar las modas extranjeras y todo tipo de extravagancias. Al estar en lo último aumentan su autoestima a costa de gente sencilla, haciéndola sentirse inferior. Alguien me dijo: «El amor perfecto existe, lo que hay es que buscarlo». ¿Será verdad esto o es para dar falsas esperanzas a mentes débiles (no es mi caso)?

No sé a que te refieres cuando hablas de «amor perfecto». En tu carta no nos hablas de amor, sino de mujeres que, según tu concepto, son en su mayoría imperfectas. Tal criterio estereotipado devela que ciertamente has observado en la distancia, pero no has conocido íntimamente a ninguna. En verdad no has descubierto la particularidad subjetiva de una mujer más allá de la imagen que te has formado de ellas. Por otra parte, la imagen construida por ti es peyorativa, pero al mismo tiempo las sitúas en un plano inalcanzable, de modo que ellas no desean nada de lo que podrías darles y por eso tendrías que perseguir más que cortejar.

Antes de encontrar cualquier amor, quizá debas detenerte a analizar lo que te sucede con las mujeres, así como la razón por la cual te ubicas en un lugar de desecho desvalido ante sus ojos. En las relaciones sociales y en las de pareja en particular somos tratados en función del lugar en que nos pongamos respecto a los otros. Si continúas percibiendo a las mujeres como hasta ahora, te será muy difícil establecer algún lazo amoroso.

No creo que exista mujer u hombre que encaje a la perfección en nuestro ideal, y tampoco hay amor sin contradicciones. A primera vista surge la atracción, pero la pareja se va forjando en un proceso que nunca termina.