Pregunte sin pena

¿Juego erótico ó penetración?

En términos de placer sexual, lo bueno para unos, puede ser detestable para otros. Freud demostró esto hace más de un siglo
Y.P: Llevamos seis años y siete meses de novios. Queremos saber por qué al cabo de cinco años de relaciones sexuales ella no siente, como es debido, con el pene adentro. Sin embargo, cuando tenemos juegos sexuales y masturbaciones tiene el orgasmo sin ningún problema. Estamos enamorados, no hemos ido a ningún especialista por pena. Tengo 25 años y mi novia tiene 20.

No sabemos por qué tu novia solo vivencia el orgasmo cuando es estimulada externamente por el clítoris. Posiblemente, después de consultar a un psicólogo por un tiempo pueda descubrir la razón por la cual la penetración no le resulta tan excitante como el juego erótico contigo.

Son muchas las mujeres que disfrutan del mismo modo que la tuya. Sin embargo, cada una tiene su razón particular para que esto ocurra y es preciso analizar en cada caso lo que le sucede. Por otra parte, el hecho de saber las causas no implica necesariamente cambios. Podemos llegar a saber lo que nos gusta, pero no imponernos disfrutar lo que nos resulta indiferente.

Se suele suponer que existen comportamientos normales en detrimento de otros. Se desestima así que hacer el amor es un acto único entre dos personas igualmente únicas. El disfrute erótico no es cuestión de intercambiar caricias y besos; es conexión subjetiva. Está determinado predominantemente por factores inconscientes. De modo que lo bueno para unos, puede ser detestable para otros. Lo normal en términos de placer no existe. Ya Freud, el padre del psicoanálisis, demostró esto hace más de un siglo.

Cada pareja tiene el reto de descubrir y construir su erotismo como, al parecer, han hecho ustedes. Quizá algún día puedan disfrutar la penetración como si se tratase también de un juego erótico. Tal vez puedan encontrar posiciones y maneras de estimular mente y cuerpo independientemente de la penetración. Pero para ello aún tendrían que recorrer algo más el camino del descubrimiento y complicidad de los amantes sin que asuman nada como «lo debido» y sí como lo deseado.

Mariela Rodríguez Méndez. Máster en Psicología y consejera en ITS y VIH /sida