John Bolton, the Bush nominee
By: Lázaro Fariña



Juventud Rebelde April 17, 2005

A CubaNews translation by Ana Portela.
Edited by Walter Lippmann

Although the confirmation by the U.S. Senate has been delayed for the ambassadorship to the United Nations, I believe, undoubtedly, that unless some great unforeseen event occurs, John Bolton will receive Congressional support. While the Democrats do not have a majority, the most they can do to prevent Bolton becoming the U.S. representative in the U.N. is to kick-up.

The sessions being held regularly in Washington have repeatedly revealed the infamy and perfidy that have characterized this individual during his long public life. It is impossible to sweep under the rug the numerous atrocities this man has committed. He has gone so far as to state that Cuba has chemical and biological weapons ready to be used, declaring publicly that it would make no difference if ten floors of the United Nation were blown up and going personally to the CIA to apply pressure to expel one of the analysts who differed with his affirmations about Cuba, to stating that the UN Security Council should have only one member: the United States.

How is it possible that this man has been chosen by the president to represent that nation in the international organization? With his comments on the United Nations it is like choosing Count Dracula as the administrator of a blood bank. But, once again, George W. Bush demonstrates his deep contempt for the U.N. It’s laughing at this institution; it’s like saying “if you don’t like it, eat it”. Instead of looking for a career diplomat to go to the building in New York to repair the damaged image of that country, he has chosen the ideal individual to represent the omnipotence and arrogance that has typified this administration.

Not even the former Secretary of State, Colin Powell, who was his boss while he was in office, has supported him for the post and has stated that Bolton is too radical for the position.

It is a national embarrassment that this man, with his history of professional liar, should become the representative of his country to the main international organization.

A short time ago, and knowing it was a lie, Bolton in cahoots with his buddy, also a liar and slander monger, Otto Reich, began to accuse Cuba of making weapons of mass destruction, to unleash a campaign against the island to create the necessary conditions for a U.S. invasion. Former President James Carter, who was visiting Cuba at the time, refuted the lies. Wasting no time they both went to the Central Intelligence Agency to apply pressure to fire one of the analysts who had publicly disproved their statements. Bolton also had another intelligence expert fired from the State Department because he wanted to delete from his speech the affirmations on alleged Cuban chemical and biological weapons.

Recently, in rare public declarations to a European journal, Colin Powell expressed his discomfort at having gone to the U.N. Security Council and there, using a series of arguments against the Iraq government that, in the end, turned out to be false. Although it is difficult to believe that Powell did not know at the time he was defending a lie, he can be given the benefit of the doubt. But, what benefit of a doubt can be given to an individual such as John Bolton who has made a career based on lies?

We can imagine the chicanery U.N. ambassadors will have to hear. The international and U.S. public opinion are brazenly lied to. We can imagine the lies he spreads in private in U.N. conference rooms. Let New York beware because Pinocchio, the Bush nominee, is getting ready to dress up as a diplomat and move there.

 

John Bolton, el nominado de Bush
 
Lázaro Fariña


Aunque la confirmación por parte del Senado de los Estados Unidos del nominado embajador de este país ante las Naciones Unidas se ha dilatado, no me cabe duda que, a no ser que algo muy grande suceda, el mismo será confirmado por esa cámara legislativa. Como no tienen la mayoría, lo único que pueden hacer los demócratas para tratar de impedir que John Bolton llegue a ser el representante norteamericano ante la ONU es hacer uso del derecho al pataleo.

En las audiencias que se han estado llevando a cabo en Washington han salido a relucir, una y otra vez, las mentiras, infamias y bajezas que han caracterizado a este caballero a lo largo de su vida pública. No hay forma que se pueda esconder bajo la alfombra la cantidad de barbaridades que este hombre ha cometido. Desde afirmar que Cuba poseía armas químicas y biológicas listas para ser usadas, declarar públicamente que no tenía ninguna importancia que los diez pisos superiores de las Naciones Unidas volaran en pedazos, e ir personalmente a la CIA para presionar por la expulsión de uno de los analistas que discrepaban sobre su afirmación sobre Cuba, hasta decir que el Consejo de Seguridad de la ONU debería tener un solo miembro: los Estados Unidos.

¿Cómo es posible que este hombre haya sido escogido por el presidente para representar a esta nación ante ese organismo internacional? Con las opiniones que ha expresado John Bolton sobre las Naciones Unidas, su nombramiento es algo así como nombrar al Conde Drácula administrador general de un banco de sangre. Pero es que George W. Bush vuelve a demostrar el profundo desprecio que tiene sobre la ONU. Es como reírse de ese organismo, es como decirle, no quieren caldo, tres tazas. En vez de buscar un verdadero diplomático que fuera al edificio de Nueva York a tratar de reparar la imagen de este país ante los otros allí representados, ha escogido al individuo ideal para representar la prepotencia y la soberbia que ha caracterizado a esta administración durante toda su existencia.

Ni siquiera el ex secretario de estado Colin Powell, quien fue su superior durante el tiempo en que estuvo en la cancillería, lo ha respaldado para el cargo, y ha dicho de Bolton que es demasiado radical para ocupar el cargo. Es un bochorno nacional que este hombre con el historial de mentiroso profesional que posee llegue a ser el representante de este país ante el máximo organismo internacional.

Cuando hace un tiempo atrás, y sabiendo que no era verdad, Bolton empezó a acusar a Cuba de fabricar armas de destrucción masiva, y cuando en contubernio con su socio, el también mentiroso y difamador Otto Reich, empezaron una campaña en contra de la Isla con la intención de crear las condiciones necesarias para una invasión norteamericana, tuvo que salirles al paso el ex presidente James Carter, quien estaba de visita en Cuba, para desmentirlos. Ni cortos ni perezosos, ambos fueron personalmente a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para presionar por el despido de uno de los analistas que había desmentido públicamente las afirmaciones de ambos. Bolton también hizo que fuera despedido otro experto en inteligencia del Departamento de Estado porque este le quiso quitar del discurso las afirmaciones sobre las supuestas armas químicas y biológicas en Cuba.

Hace poco, en unas raras declaraciones públicas a una revista europea, Colin Powell afirmó sentirse mal por haber ido al Consejo de Seguridad de la ONU y allí haber utilizado toda una serie de argumentos en contra del gobierno de Iraq que resultaron ser falsos. Aunque es muy difícil creer que en aquel momento Powell no supiera que lo que estaba afirmando era mentira, se le puede dar el margen de la duda. Pero ¿qué margen se le puede dar a un individuo como John Bolton que ha hecho toda una carrera basada en la mentira?

Ya nos podemos imaginar la cantidad de embustes que les espera oír a los embajadores en los salones de las Naciones Unidas. Si le miente descaradamente al pueblo norteamericano y a la opinión pública internacional, hay que imaginarse las mentiras que dirá en privado en los salones de conferencia de la ONU. Prepárese Nueva York que Pinocho, el nominado por Bush, está a punto de vestirse de diplomático y mudarse para allá.

http://www.jrebelde.cu/2005/abril-junio/abril-19/opinion1.html

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