The Pope and Liberation Theology
by Frei Betto
Translation by Maria Montelibre.
Edited by Walter Lippmann
Frei Betto is the author of numerous books, including FIDEL AND RELIGION, the book-length 1985 interview he conducted with Fidel Castro about Christianity and its role in society and in the life of the leader of the Cuban Revolution. He is a frequent visitor to Cuba and a firm supporter of the Cuban Revolution.

John Paul II will remain in history as the modern Pope of Liberation Theology - which he never disapproved of - in spite of the suspicions of the Roman curia and the repression of Leonardo Boff.

Born in Latin America over 25 years ago, basically with the work of Gustavo Gutiérrez and Leonardo Boff, Liberation Theology is not characterized by its criticisms of capitalist society, but by its methods refecting the faith of the poor and from the poor. It has been mainly considered a historical event and an evangelical reference.

If the Vatican considers that Liberation Theology is merely a trend of theologians in the left, it is ignoring the function of theology in oppressive societies, with poverty predominating as a collective phenomenon, such as in Brazil and Latin America. What is the meaning of God in this situation? Or we must lie saying that God accepts so much poverty? The Pope experienced Soviet and Nazi domination. He never experienced collective poverty.

Liberation Theology was not born in an ecclesiastic environment, such as universities and seminaries. It was born in grassroots ecclesiastic communities and in pastoral movements of the faithful coming from the grassroots. Facing so many problems, they wonder, what does God want? Searching for the "signs of the times," they link faith and politics, evangelical values and challenging reality, liturgy and celebrations, creating a theological methodology which was picked up and systematized by theologians.

What Rome cannot understand is that Liberation Theology could be in crisis if the social conditions which generated them were - happily-overcome. In that case it would have to regroup its theory - without losing its continuity - as long as it does not identify liberation with the solution of chronic social problems only. For Liberation Theology liberation implies, without a conflict, "our bread," and "our country."

If Liberation Theology were a mere exacerbation of real socialism, it could possibly have a crisis, such as the European neo-liberal theology which, having lost any link to the world of the poor, faces modern times from Nietzche's viewpoint, and does not know any longer whom it is addressing. And everything seems to indicate that soon the theology inspired by John Paul II will enter a crisis period - according to which criticizing socialism is an example of freedom in capitalist countries. Now, the trend of consumerism, reintroducing social differences and permissiveness, is starting to frighten those who believed that the West is Christian.

It is true that socialism fell in Eastern Europe, but it must be also remembered that capitalism is chronically deficient, because it cannot meet social demands. By its very nature, it is unfair, exclusive and rejecting. The Pope, however, who always criticized capitalism's abuses, did not expose its origins and its perversity.

Expressing the experiences and the intelligence of the poor, Liberation Theology insisted in prioritizing the gift of life as God's supreme manifestation, especially in a context where oppression caused so many forms of death. Liberation Theology also resisted those who tried to end the theological gift of hope, proclaiming "the end of history" as if the future could be considered a mere extension of the present.

According to John Paul II, the Encyclical Laborem Exercens (n.8), states that securing Christian faith for the poor is the main expression of faithfulness to the Church and Christ. This criteria is sufficient to determine who is closer to, or farther from, Evangelism.

Frei Betto

Writer and author, jointly with Luis Fernando Veríssimo and others, of "Ethical Challenge," (Garamond), among others.

http://www.redvoltaire.net/article4687.html 
Red Voltaire.net - por la libertad de expresion

14 de abril de 2005
Porto Alegre, Brazil
El Papa y la Teología de la Liberación
por Frei Betto

Juan Pablo II quedará en la historia como el Papa contemporáneo a la Teología de la Liberación -que él jamás condenó- a pesar de las sospechas de la Curia Romana y de la represión a Leonardo Boff.

Surgida en América Latina hace cerca de 25 años, fundamentalmente a partir de las obras de Gustavo Gutiérrez y Leonardo Boff, lo que caracteriza a la Teología de la Liberación no es su análisis crítico de la sociedad capitalista. Es su método de reflejar la fe de los pobres y a partir de los pobres, considerados como sujeto histórico y referencia evangélica por excelencia.

Que el Vaticano suponga que la Teología de la Liberación es una mera moda de los teólogos de izquierda, es ignorar que es hacer teología a partir de una situación de opresión, en la cual la pobreza predomina como un fenómeno colectivo, tal como ocurre en Brasil y en América Latina. ¿Qué significa hablar de Dios en esta situación? ¿O es que debe mentirse y decir que Dios acepta tanta miseria? El Papa conoció en su piel la dominación soviética y nazi. Nunca experimentó la miseria colectiva.

La Teología de la Liberación no nace en medios eclesiásticos, tales como universidades o seminarios, nace en las comunidades eclesiales de base y en los movimientos pastorales que agrupan a fieles de las clases populares. Frente a tantas dificultades de la vida, ellos se preguntan: ¿Qué es lo que quiere Dios? En la búsqueda de las "señales de los tiempos", anudan entre sí a la fe y la política, los valores evangélicos y los desafíos de la realidad, liturgia y fiesta, creando la metodología teológica que es recogida y sistematizada por los teólogos.

Lo que a Roma le cuesta entender es que la Teología de la Liberación podría entrar en crisis si las condiciones sociales que le sirven de matriz generadora estuviesen -felizmente- superadas. Así, ella tendría que redimensionar su discurso -sin sufrir sin embargo una pérdida de continuidad- en la medida en que no identifica liberación con la mera solución de los problemas sociales crónicos. Para la Teología de la Liberación el proceso libertador implica, sin dualidad, el "pan nuestro" y el "país nuestro".

Si la Teología de la Liberación fuese una mera exaltación del socialismo real, posiblemente ella sí estaría en crisis, como ocurre con la teología neoliberal europea que, habiendo perdido su referencia al mundo de los pobres, vuelve a encarar la modernidad con la óptica de Nietzche y ya no sabe a quien dirigir su discurso. Y todo indica que en breve entrará en crisis la teología -inspirada en Juan Pablo II- que hace de la crítica al socialismo una apología de la libertad en los países capitalistas. Ahora, la onda del consumismo, trayendo en su botijo la reintroducción de disparidades sociales y de permisividad, ya comienza a asustar aquellos que siempre creyeron que Occidente es cristiano...

Si es verdad que el socialismo se desmoronó en el Este europeo, es preciso no olvidar también que el capitalismo sufre de insuficiencia crónica por su incapacidad de responder a las demandas sociales. Él es por naturaleza, desigual, concentrador y excluyente. Sin embargo el Papa, que siempre criticó los abusos de capitalismo, no llegó a denunciar sus causas y su naturaleza perversa.

Expresión de la vivencia y la inteligencia de la fe cristiana de los pobres, la Teología de la Liberación insiste en priorizar el don de la vida como manifestación suprema de Dios, sobretodo en un contexto en que la opresión produce tantas formas de muerte. Ella se resiste también a aquellos que pretenden vaciar el don teologal de la esperanza, proclamando "el fin de la historia" como si el futuro pudiese ser encarado como una mera extensión del presente.

Según Juan Pablo II, en la encíclica Laborem Exercens (n. 8), asegurar la fe cristiana como buena nueva a los pobres es la señal por excelencia de fidelidad a la Iglesia y a Cristo, criterio suficiente para determinar quien se aparta o se aproxima a la propuesta evangélica.

Frei Betto Escritor e autor, conjuntamente con Luiz Fernando Veríssimo y otros, de "O Desafio Ético" (Garamond), entre otros títulos.

Page d'origine : www.redvoltaire.net/article4687.html 

 

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