SEXO, AMOR o PASIÓN
Comunicación y
manipulación en la web
POR
ANTONIO FERNÁNDEZ-COCA -
http://www.fernandezcoca.com/
http://www.proyectoweb.cubaweb.cu/boletin/081-junio05.html
Aprender a diseñar es aprender a comunicar con la imagen, los contenidos y
las formas de presentación. También es, por tanto, aprender a manipular. La
manipulación en web, desde este último punto de vista, es buena y necesaria.
I
No es la primera vez que pasa. Ha vuelto a suceder que te has enamorado
perdidamente y has hecho locuras. Por amor se consiente todo, o eso dicen. El
problema es que a quien amas ni tan siquiera te ha tenido en cuenta. Por amor te
has vuelto a equivocar, hemos vuelto a errar.
II
Has preparado un sitio web lleno de elementos técnicos que resultan imposibles
de valorar por parte de tu usuario. La información ha pasado a un segundo lugar,
aunque sabes bien que si el cliente hubiera insistido más, o tú mismo a él,
también habría resultado perdida entre tanta maraña de gráficos.
A
estas alturas de la web, donde ya entramos en su pubertad, seguimos con sitios
poco claros. Eso sí, hemos pasado del barroco de hace poco tiempo a la estética
zen actual, con la que inicialmente estamos más de acuerdo. Los contenidos, sin
embargo, siguen siendo los grandes olvidados. De su presentación gráfica ya ni
hablamos...
Amamos nuestro trabajo pero a veces, muchas veces, olvidamos su alma. Valoramos
su técnica pero no lo que contamos, ni como lo hacemos visualmente.
Lo hablaba hace poco con una próxima abogada. Xisca Borrás lo tenía muy claro:
“la técnica se aprende, el alma se tiene”. Mi acuerdo con ella es pleno. ¿Será
que olvidamos el alma de las cosas y, sobre todo, la propia del proyecto en el
que estamos involucrados? ¿Será que tenemos miedo a
expresar claramente al cliente cuáles son los objetivos que le sugerimos que
siga, quizás por temor a perderle?
III
La clave para acertar está en marcar, escribiéndolos sobre papel con el objeto
de tenerlos siempre muy presentes, una serie de objetivos a lograr.
Errar en su consecución, y sobre todo en su realización, es una base perfecta
para automanipularnos mientras los desarrollamos. Cuando esto sucede intentamos
convencer al cliente de cambios que no son más que excusas para acabar pronto
nuestra labor. No nos engañemos porque el error es nuestro.
En los últimos días me han llegado una serie de “guiones” de sitios web en los
que los objetivos y el porqué de los mismos directamente no existía. Cuando he
insistido en ellos han visto la necesidad de tenerlos, sobre todo porque no
quiero repetir malas experiencias con clientes que “no
saben saber lo que quieren”.
IV
Ya sucede en otros medios, otros soportes, donde las imágenes se componen
visualmente de una determinada manera, e incluso se dan encuadres que solo
destacan una parte de la misma, con el objeto de ofrecer una información
determinada. Con ello sesgamos los datos acercándolos hacia donde queremos
llegar. Esto es comunicación y también manipulación.
En las relaciones personales sucede lo mismo. Planteamos algo cuando realmente
queremos, ¿queremos?, otra cosa. El amor, el sexo y la pasión pueden ir en el
mismo paquete... aunque también no. Uno de los objetivos principales es tenerlo
claro, muy claro.
Las imagen en web es cosa nuestra. Es cierto que la labor que desarrollamos
termina cuando entregamos el trabajo, si es que no formamos parte de la empresa
que lo contrata, o le vendemos un determinado mantenimiento. También lo es que
podemos ofrecer unas guías de estilo e imagen determinadas. Muchas veces lo
obviamos por temor a no cobrarlo; otras, cada vez más, nos la abonan y otras las
hacemos para conseguir seguir trabajando con una buena calidad.
V
El objetivo de una buena pareja es la comunicación, el de un sitio web es el
mismo. Incluso cuando se plantea un juego se hace para compartir unos momentos
de distracción, de comunicación lúdica. Jorge Bucay en
“Amarse con los ojos abiertos” (2003), de la editorial RBA-Integral, nos
da algunas pistas al respecto.
Si bien al amor humano, del que habla Bucay, le dejamos crecer entre los
miembros justos que componen una determinada unidad, en aplicaciones web,
dirigidas a un grupo social determinado, procuramos que el crecimiento de la
información dada, así como su disposición espacial, esté absolutamente
controlado. Unos llaman a esto manipulación, otros entendemos que es igual que
cocinar, donde los alimentos también se manipulan para lograr un producto
beneficioso y nada envenenado.
Aprender a diseñar es aprender a comunicar con la
imagen, los contenidos y las formas de presentación. También es, por tanto,
aprender a manipular. La manipulación en web, desde este último punto de
vista, es buena y necesaria. Muchos de los sitios que hemos diseñado, así como
otros tantos ajenos, necesitan de una revisión urgente de objetivos, contenidos,
formas y modos de presentar la información.
La sociedad, el usuario, está cambiando y quienes somos responsables de estos
sitios web hemos de atenderla cuanto antes si no pretendemos quedarnos en la
simple forma o en la ambigua equivocación de términos tales como “sexo, amor o
pasión”. Todo ello sin confundir, como decía Xisca, sino correlacionar de manera
acertada la técnica con el alma. (Artículo de opinión publicado en la revista
Visual)
Material original en:
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