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http://www.granma.cubaweb.cu/2007/01/08/nacional/artic01.html

Del colapso a la Revolución Energética

María Julia Mayoral
ma.julia@granma.cip.cu

Fotos: Jorge Luis González, Alberto Borrego, Juvenal Balán

En el último año la energía eléctrica dejada de servir en Cuba (los apagones), se redujo en un 90% en comparación con el 2005, aunque la economía siguió su ritmo de crecimiento y la población puso en funcionamiento millones de equipos electrodomésticos, entregados masivamente a precios subsidiados o a su costo, con el respaldo de facilidades bancarias sin precedentes.

Hay instalados 405 MW de potencia para producir electricidad a partir del gas acompañante del crudo.

Son realizaciones de la llamada Revolución Energética, cuyas ideas iniciales nacieron en momentos de crisis, ante el colapso que durante el 2004 sufrió el ya deteriorado Sistema Electroenergético Nacional (SEN), basado hasta entonces en grandes plantas con altos índices de consumo de combustible y redes de transmisión y distribución también en mal estado técnico.

Sin embargo, lo que comenzó como solución a un problema crítico se ha convertido en una estrategia de empleo racional de la energía, que al decir de Fidel, su artífice y principal impulsor, puede ser de gran valor para el planeta en las actuales y futuras circunstancias.

Si los esfuerzos que hoy Cuba realiza los llevaran a cabo los demás países, las reservas probadas y probables de hidrocarburos durarían el doble; los elementos contaminantes que actualmente lanzan estos a la atmósfera se reducirían a la mitad; la economía mundial recibiría un respiro, pues una enorme cantidad de medios de transporte y equipos electrodomésticos deben ser reciclados, y podría ser proclamada una moratoria de 15 años al inicio de la construcción de nuevas plantas electronucleares, ha sostenido públicamente el Comandante en Jefe.

NUEVO ESQUEMA DE GENERACIÓN

Uno de los más profundos cambios conceptuales inherentes a la Revolución Energética radica en el establecimiento de un nuevo esquema de generación eléctrica (la generación distribuida por todo el país), mediante la instalación de baterías de grupos electrógenos diesel y de fuel-oil, sincronizados al SEN.

La entrega de electrodomésticos, sinónimo de ahorro y mejores condiciones de vida.

Se trata de equipos con bajo consumo energético, alta disponibilidad, facilidad para su instalación y niveles de potencia unitaria inferiores a las termoeléctricas; por tanto, la salida de funcionamiento de alguno de esos grupos no crearía nunca una crisis como la ocurrida en el 2004 cuando se averiaron las centrales Lidio Ramón Pérez y Antonio Guiteras.

En menos de un año, han sido instalados más de 1 000 MegaWatts (MW) en grupos electrógenos sincronizados. Ellos generan desde 116 de los 169 municipios del país, con la ventaja de reducir las pérdidas de transmisión al estar ubicados más cerca de los consumidores, y de asegurar la vitalidad económica y social de la nación en caso de eventos naturales adversos u otras situaciones extremas.

Las inversiones correspondientes a los grupos diesel (1 311 MW de potencia) están prácticamente concluidas. Para aquilatar su importancia, baste añadir que ellos pueden generar aproximadamente la mitad de la electricidad demandada por el país en el horario pico.

Con buen ritmo prosigue también la instalación de grupos electrógenos de emergencia en objetivos vitales de la economía y los servicios para proporcionar energía eléctrica aún en caso de fenómenos meteorológicos o de cualquier otra catástrofe natural o provocada que afectara a la nación.

Han arribado al país 6 301 grupos con ese destino y de ellos están instalados 3 798, confirmó a Granma el Ministerio de la Industria Básica (MINBAS).

Mediante los mismos se garantiza la protección, entre otros objetivos, de: 255 hospitales; 348 policlínicos; 119 clínicas estomatológicas; 245 bancos de sangre, hogares de ancianos y de impedidos físicos y mentales y farmacias principales; 639 panaderías; 356 centros de producción, conservación y elaboración de alimentos; 37 frigoríficos; 293 sistemas de bombeos, rebombeo y para potabilizar agua.

Igual seguridad tienen 74 instalaciones de la Misión Milagro y del nuevo Programa de formación de médicos latinoamericanos; 163 planteles educacionales importantes; 236 centros de comunicación gráfica, radial y televisiva; 59 estaciones meteorológicas; 64 industrias químico-farmacéuticas y biotecnológicas, y 236 instalaciones del turismo.

Según explicó Fidel, continuarán instalándose millares de equipos con ese objetivo. "Y todos absolutamente nuevos, todos con su reserva de piezas por dos años. Nuevos, estandarizados y de mínimo consumo".

De acuerdo con los datos del MINBAS, de los grupos electrógenos de emergencia montados, 1 490 son mayores de 120 kVA, con una potencia de 370,5 MW. De tal modo, si hiciera falta podrían apoyar el suministro eléctrico nacional en las horas de máxima demanda, al liberar al SEN del consumo correspondiente a los centros productivos y de servicio donde funcionan.

LAS REDES NO QUEDAN ATRÁS

Reducido efecto tendrían las transformaciones en la generación si no estuvieran aparejadas a la rehabilitación de las redes. Sin esto último sería imposible aminorar las zonas de bajo voltaje y reducir las pérdidas totales de electricidad del 18 al 11%, según se prevé.

Con los grupos electrógenos de diesel sincronizados al SEN puede generarse casi la mitad de la corriente que consume el país en el horario de máxima demanda.

Yadira García, titular de la Industria Básica, informó recientemente en la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento que a escala nacional habían sido identificadas 10 554 zonas de bajo voltaje; de las cuales 6 695 (63%) ya tienen los problemas resueltos gracias a las inversiones en curso, con lo que fueron beneficiados 440 000 núcleos familiares. Durante el primer trimestre del 2007, precisó la Ministra, deben quedar solucionados los casos pendientes.

El costo de las labores previstas en las redes, resulta alto —262 millones—, pero permitirá reducir considerablemente los gastos y mejorar la calidad de la electricidad. Hasta el presente, se han ejecutado 205 707 trabajos de mejoras. Entre ellos, el cambio de 67 319 postes en mal estado, aumento de capacidad en más de 10 400 transformadores y colocación de cables nuevos en 357 335 acometidas (alimentación eléctrica de las casas).

También lo hecho incluye la instalación de más de 2,3 millones de breakers en las viviendas. La sustitución de esos obsoletos interruptores tiene lugar por primera vez de forma masiva en el país y llegará a todos los hogares, asegura el MINBAS.

En las zonas donde han sido rehabilitadas las redes, precisó Yadira García, decrecieron las interrupciones y las pérdidas eléctricas pasaron del 14 al 9%. Ese programa deberá concluir en el 2008.

Durante el año anterior, aumentó, además, la fabricación nacional de transformadores. Dichos resultados y la importación permitieron instalar más de 11 700 en la red de distribución.

AHORRO Y JUSTICIA SOCIAL

El 80% de los núcleos familiares puede hoy cocinar con electricidad, debido a la entrega de modernos módulos de cocción en sustitución de combustibles tradicionales de alto costo y nocivos para la salud como el queroseno.

Unos 262 millones de dólares cuestan las inversiones en curso para rehabilitar
 las redes.

Ningún sector de la población quedará excluido del beneficio, de ahí las facilidades bancarias creadas. Hasta diciembre último habían sido otorgados 2,7 millones de créditos por un monto de 4 196 millones de pesos; ello representó entregar en apenas unos meses préstamos equivalentes a aproximadamente el 7% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, informó Francisco Soberón, ministro presidente del Banco Central de Cuba, en la más reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Antes de concluir el 2006 ya estaban en manos de las familias 2 861 378 hornillas eléctricas, de ellas más de 856 200 han sido cambiadas por otras de mayor calidad, un proceso que continuará hasta eliminar las defectuosas.

También lo distribuido hasta diciembre incluye 2 859 209 ollas reinas (de presión que trabajan con electricidad), 3 222 432 ollas arroceras, 652 387 jarras para hervir agua y casi 2,8 millones de calentadores eléctricos y 9 496 441 bombillos ahorradores.

Como parte de la sustitución de los electrodomésticos ineficientes, recogidos y convertidos en chatarra, funcionan ya en los hogares poco más de un millón de ventiladores, 1 231 336 refrigeradores, 60 809 televisores y 79 264 equipos de aire acondicionado. Paralelamente avanza el cambio de moto bombas de agua en los edificios; hasta la fecha se han montado unas 106 500 nuevas.

A lo anterior debe añadirse la entrega de más de 2,4 millones de ollas de presión normal; con similar efecto a las eléctricas, pues ahorran el 70% de la energía, independientemente del tipo de cocina empleada ya sea eléctrica, de queroseno o de GLP (gas licuado procedente del petróleo).

Tampoco puede olvidarse que previamente se habían repartido más de 1 400 000 juntas de refrigeradores, aproximadamente 650 000 termostatos y 7 millones de juntas de cafeteras.

Casi todo lo que continuará distribuyendo el Estado, dijo Fidel el pasado primero de mayo, será fundamentalmente equipos de gran capacidad de ahorro de energía, de ahorro de electricidad, para multiplicar un número de veces determinados recursos en divisas convertibles que hoy necesitamos para muchas otras cosas y para seguir invirtiendo y mejorando, en la medida de lo posible, los consumos de la población.

El sector residencial en Cuba gasta el 45% de la electricidad; así que cualquier medida de carácter masivo para propiciar el ahorro en ese ámbito tiene elevada significación económica; de ahí la prioridad concedida a programas como la entrega de electrodomésticos con bajos índices de consumo, cuya presencia en las viviendas contribuye a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.

Hay más equipos en los hogares, pero en el 2006 el consumo promedio mensual de electricidad por núcleo familiar creció en apenas ocho KiloWatts por hora, al pasar de 140 por mes durante el 2005 a 148 en el año recién finalizado. En sentido general, el consumo anual de electricidad en el país aumentó solo 7% aunque el PIB registró un incremento del 12,5% y fueron conectados al SEN a-proximadamente 120 000 nuevos clientes.

ASCENDENTE ACTIVIDAD PETROLERA

La producción nacional de petróleo equivalente (crudo más gas) llegó en el 2006 a casi cuatro millones de toneladas. Ello representa un crecimiento de 5,15 veces en relación con lo que se obtenía en 1989, antes de iniciarse el periodo especial.

La producción de petróleo equivalente es hoy 5,15 veces superior a la
 obtenida en 1989.

Dicho ascenso se sustenta en un intenso programa de exploración que incluye un ambicioso plan de investigaciones sísmicas y de perforación, tanto en tierra como en aguas someras y en las profundas de la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el Golfo de México, según ha reiterado la Ministra del MINBAS.

Continúan, precisó Yadira García, los trabajos de exploración de conjunto con firmas extranjeras, en un área superior a los 30 000 kilómetros cuadrados, pertenecientes a 16 bloques contratados en las aguas del Golfo.

Autoridades de la Industria Básica también explicaron a Granma que durante el año anterior fue concluida la perforación de otros 25 pozos y en estos momentos se trabaja en ocho, cuatro de los cuales son de exploración y los restantes de desarrollo.

Como es sabido, la generación eléctrica más eficiente y conveniente para Cuba es la que tiene lugar a partir del gas acompañante del crudo. Actualmente hay 405 MW de potencia instalada para generar electricidad con ese recurso. De la cifra mencionada, 305 MW se producen en las plantas de Energas y 100 en la termoeléctrica de Santa Cruz del Norte, preparada tecnológicamente para la quema simultánea de gas y crudo.

Durante el 2006 fueron terminadas las inversiones correspondientes a 140 MW de potencia para asimilar la producción de gas. En el 2007 se debe crecer en unos 70 MW y continuar ese ritmo ascendente durante el 2008 en correspondencia con la extracción, informó semanas atrás Carlos Lage Dávila, secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

Con el nuevo gasoducto de 15 kilómetros en el litoral norte de La Habana, puesto en funcionamiento recientemente, y su conexión a la planta de tratamiento de Puerto Escondido, el país creó capacidad suficiente de limpieza y potencia instalada para asimilar todo el gas disponible e incluso incrementos futuros asociados a los nuevos descubrimientos que se vayan produciendo, destacó Lage.

Como parte del proceso de máximo aprovechamiento del gas acompañante, Ciudad de La Habana completó en el 2006 la sustitución del gas manufacturado por aire metanado. Con ese propósito, la capital recibe diariamente unos 360 000 metros cúbicos de gas, cuya limpieza corre a cargo de la planta de tratamiento de Puerto Escondido. La introducción de aire metanado permitió ahorrar durante el año anterior 31 349 toneladas de nafta y 1 895 de GLP.

Entre los programas de la Revolución Energética se inscriben los estudios para emplear cuanto antes sea posible la energía eólica y la instalación de los primeros campos de molinos de viento.

Cuba tiene un potencial no menor de 1 700 horas anuales de radiación solar aprovechables con 6 KWh.día/m2; por ello también se le brinda sistemática atención al desarrollo del uso de la energía solar. Ya están instalados más de 7 000 módulos que suministran electricidad a centros de educación y salud en zonas aisladas. Gracias a esas inversiones los planteles de áreas rurales y montañosas tienen igual acceso a la enseñanza por televisión y al uso de la computación como cualquier escuela urbana.

Sin embargo, como ha manifestado Fidel, lo hecho se puede considerar apenas el comienzo. Todavía la población y sobre todo el sector estatal pueden hacer mucho por el ahorro, identificado como fuente principal de recursos materiales y financieros del país.

El camino de la Revolución Energética constituye un proceso de aprendizaje, no exento de errores por rectificar, cuyas inversiones recién empiezan. Los resultados aún resultan imposibles de medir en su total magnitud, aunque ya hay sobradas y alentadoras pruebas de su valía para la economía y el pueblo de Cuba.