LIBERTAD, Viernes 24 de octubre 1975 [facsimile]

APENDEJATION

A ciertos guapos de boquilla se las han caído los calzones a la hora de optar entre la libertad de Cuba, por todos los caminos, por lodos los medios en todas las latitudes y sus negocitos, sus botellitas y sus bacanalitos. Estamos hablando de lo que mu ellos revolucionarios de clara con limón preferirían que no se mentase: Las bombas.

Yo no admito que Humbertico López, a quien no conozco, sea un desalmado, un asesino ni un atracador.

Pagó con una mano y un ojo su angustia y su inconformidad con el dolor de su patria. Hubiese querido la dignidad plena del hombre; el respeto a los derechos humanos. Si esto fuese posible cc. diente la urna, la consulta al pueblo, Ilumbertico López no hubiese echado mano a la bomba. Creo que nos ha ensañado un camino decoroso.

rudos los otros caminos para que su pueblo viva en el decoro y la decencia posible les han sido cc rrados por unos apaches sin compasión. Los que tienen obligaciones sagradas con la tradición, con la historia y con las supuestas normas de convivencia civilizada, que debian honrar tul, algo más que de palabra, hacen causa común con los asesinos de nuestras libertades.

- Esto no es retórica hueca, lirismo de pega: Cuba vive bajo la más espantosa opresión. La gente se muere de hambre. En la oscuridad de la noche tocan los esbirros en las casas y cargan con los infeli. ces que no muestran entusiasmos con cl engaño y la mentira. De muchos de ellos, nunca nadie oirá hablar jamas de nuevo. Se los traga cl ¡Hiedo. No habrá para ellos ni siquiera une pobre lápida en los anchos cementerios balo la luna en que yacen mi. les de patriotas sin nombre, para' quienes no hay un recuerdo en un destierro de gente alegre, desenfadada y cobarde.

Unos pocos Humhertico López Tienen el valor que falla a miles de bribones que han llegado a la Jaula norteamericana a comer huevos fritos, corno decía Máximo Gómez. Salvan la honra, en que es- cupe el desenfado y la canallería de los que lo condenan como un criminal, a quien nada le importan los negocios de la CAMACOL, ni del I he Néw York Times, ni su agencia en mal español que es la revistica "Réplica" que lleva le asquerosa batuta en la miserable campaña de descrédito contra López.

Yo estoy con López. Y al carajo.

López no mató a nadie. A nadie robó. Sacrificosu tranquinad y la de los suyos queridos. Escogió el sacrificio y la prisión. No lo arredró cl temor a la muerte. No quiere un Mercedes Benz ni una bien provista canonjía en el "Condado", en el NEDA, en "Acción" y en otros fondos de repeiles donde las cosas amables a los Rozadores y los sibaritas de espinazo de gelatina aniquilan la voluntad y hacen de los que ayer tenían a Cuba en su corazón, unos burócratas asustados por la policia, atentos sólo a su plato de lentejas.

Si en Cuba no existiera el crimen, y los que debían ser nuestros amigos en la lucha por la felicidad de un pueblo, que fue siempre su amigo más leal, nu hubiesen caído cn la indecencia tie abrazar Impúdicamente a los bandidos que la asuelan, 1-lumbar-tico López no hubiese perdido una mano y un ojo. Ni estaría preso, recibiendo la baba que lo honra, de un mercachifle polaco de la supuesta prensa del exilio, ni de un millonario oportunista que canta hipócritamente a nuestra amistad, pero que prefería que no hiciéramos ruidos, que nu per. turbáramos su comercio ni su digestión.

En cuanto a mí, que soy bien poca cosa pelo que también he estado donde está ahora López, y quizá me dolió mas penosamente que otra cosa la incuria, la soledad, la discriminación y la manco nor fa de tantos que llevan tan pésimamente cl nombre de cubanos, yo quiero, que en cualquiera de las prisiones secretas donde esté mi bravo paisano, le llegue mi mensaje solidario,

La libertad no se mendiga, se conquista con el filo del machete,

Esta no es época para el machete. No está bastante cerca el enemigo para pegarle con el hierro frio fo y afilado. Ya llegará la hora. Pero la dinamita puede hablar tan elocuentemente como solo puede hacerla ella: En las cuatro esquinas del mundo. Pa. re que se enteren las ralas que comen soplando. O los que tienen la inverecundia de hablar de José Martí mientras se echan las Treinta monedas de ludas en los bolsillos. linos pocos cubanos, muy posos quizá, pero bastantes para que no se apague la candela de la rebeldía, estamos con Humbertico López. A lodo riesgo

Buena es hacer la revolución con permiso y con dinero de la polla fa. Muchos lo han hecho aquí. Pe• ro llegada la hora, los que son hombres enteros, por algo más que por el bigote y la bragueta, deben hacer sus deberes sin la policía. Y hasta t centra la policía.

Rolando Masferrer

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