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Las Pascuas Sangrientas

Granma reproduce este trabajo publicado el 24 de diciembre de 1966, en el X aniversario de aquella matanza. A 50 años del hecho, por su importancia, se lo ofrecemos nuevamente a nuestros lectores

Pedro Luis Padrón

Después de los sucesos del 30 de noviembre en Santiago de Cuba y del desembarco del Granma, aquel 2 de diciembre de 1956, la tiranía castrense con la cooperación de la prensa burguesa y de las agencias yanquis AP y UPI hizo los mayores esfuerzos por distorsionar la verdad de cuanto estaba ocurriendo en la Sierra Maestra. Primero ofrecieron la versión de la muerte del comandante Fidel Castro. Después anunciaron la liquidación de los expedicionarios en el combate de Alegría de Pío. Con la publicación de estas mentiras el régimen y su amo imperialista buscaban causar un efecto sicológico en las masas populares, introduciendo en ellas el derrotismo, y así frenar la acción combativa de la juventud contra Batista.

Pero todo cuanto hizo el tirano resultó inútil. La llama de la insurrección, en pocos días, cobraba fuerza. En todo el país, decenas de jóvenes eran presentados ante los tribunales de Urgencia acusados por los cuerpos represivos de realizar acciones contra el régimen. Los diarios de la época recogían en sus páginas los despachos de sus corresponsales en los cuales informaban de ocupaciones de armas, explosiones de petardos, incendios ocasionados por cocteles Molotov, sabotajes en servicios de electricidad y teléfonos, etc.

Desde el arribo del Granma a las costas de Oriente, la lucha del Movimiento Revolucionario 26 de Julio contra la tiranía se incrementó en toda la República. Días después los expedicionarios se reagrupaban bajo la dirección de Fidel Castro en las montañas orientales y creaban las bases materiales para las actividades guerrilleras que dieron nacimiento al Ejército Rebelde.

Impotente para sofocar las llamas de la insurrección, Batista pretendió, con el empleo de la violencia y el terror, desorganizar el movimiento de apoyo a los guerrilleros de la Sierra Maestra. Es por ello que se escogió la provincia de Oriente para implantar el terror, y se encargó de realizar la criminal faena al asesino Fermín Cowley, entonces jefe del Regimiento 7, con asiento en Holguín.

Cerca de la medianoche del 24 de diciembre, se llevó a cabo la cacería de revolucionarios en Holguín, Mayarí, Banes, Puerto Padre y Victoria de las Tunas. Las víctimas fueron arrancadas violentamente de sus hogares por los asesinos uniformados de amarillo, sin hacer caso a las protestas de los familiares. Al siguiente día, 23 cadáveres, en su mayoría militantes del M-26-7 y del PSP, fueron encontrados ultimados a balazos o colgando de árboles horriblemente torturados. La monstruosidad no logró provocar el pánico en el pueblo, sino, por el contrario, su reacción fue de indignada condenación, a la vez que contribuyó a forjar una poderosa unidad entre todas las organizaciones revolucionarias y mostrar que la insurrección era el único camino posible para derrocar a la tiranía.

Con el asesinato de cuadros del M-26-7 se pretendió destruir la organización en la Costa Norte de Oriente. Y con la desaparición física de dirigentes sindicales del PSP, intentaron paralizar la lucha de los trabajadores en los centrales, y hacer entonces una zafra tranquila, según los deseos de las empresas norteamericanas.

Comienzan los crímenes

La ola de crímenes, llamada por el pueblo las Pascuas Sangrientas, comenzó el día 24 con el asesinato en Niquero de Rafael Orejón, dirigente del M-26-7 en esa localidad.

Los periódicos de la época ofrecieron una versión de la salvaje hazaña facilitada por el Buró de Prensa del Regimiento 7, cuyo texto transcribimos:

Holguín.—El sereno del reparto "González" dio cuenta que a las once y media de la noche escuchó un tiroteo. Posteriormente identificó los cadáveres de William Alcides Aguilera Ochoa y de Luis Peña Martínez. El primero era miembro del M-26-7 en Holguín, y el segundo realizó una notable labor entre los cuadros revolucionarios de esa ciudad.

En la entrada del camino del central "San José", barrio Arroyo Blanco del Sur, fue hallado muerto a balazos Jesús Feliú Leyva.

La victima era obrero tabaquero, militante del PSP.

En el parque, de Cacocum, hallaron a las dos y media de la madrugada el cadáver de Gilberto González Rojas, con varias heridas de arma de fuego. González Rojas trabajaba como telefonista de los ferrocarriles y pertenecía al M-26-7. Dirigió varios sabotajes contra puentes ferroviarios e instalaciones eléctricas.

En el batey del Central Preston dieron muerte a tiros a Armando Guzmán Guindys. Desde joven había comenzado a trabajar en la industria azucarera. Sus asesinos lo dieron por muerto, y poco después murió en el hospital. Señaló momentos antes de fallecer a los autores del crimen.

Los cadáveres de Alejo Tomás López y Héctor Infante aparecieron en el lugar conocido como "La Puya", barrio Delicias. López, trabajador azucarero, ocupaba el cargo de secretario general del PSP en Puerto Padre. Infante, trabajador del Central "Delicias" (hoy Antonio Guiteras), se distinguió en la defensa de los intereses de sus compañeros.

También militaba en el PSP.

Con dos heridas de bala encontraron en la prolongación de Martí, frente al parque infantil de Banes, el cadáver de Thelmo Esperance. La víctima se opuso frente al tirano desde el 10 de marzo, y posteriormente ingresó en el M-26-7.

Dio cuenta en el cuartel de la Guardia Rural el guardajurado Roberto Fonseca haber encontrado muerto de dos balazos a Enrique Morgan, obrero del Central "Preston". Morgan trabajaba como ayudante de carpintero en el hoy central "Guatemala". Pertenecía al PSP.

Florencio Torrenzo Morales, guardajurado, comunicó en cuartel de la Guardia Rural de Mayarí que en el callejón de Montezuelo, barrio Juan Vicente, hallaron el cadáver de Silverio Núñez Hernández con un cartel en la espalda: "Traidor al Movimiento 26 de Julio". Núñez era un trabajador que se había sumado a la lucha contra la tiranía y fue asesinado por los esbirros, que con ese cartel pretendían ocultar su crimen.

En el barrio Corralito actuó el teniente Rivero Bernal, lugar donde hallaron un individuo con una herida de bala en la cabeza, quien resultó ser Pedro Díaz Coello, vecino de Ciudad Jardín, Holguín. Díaz Coello ocupaba el cargo de Coordinador del M-26-7 en esa ciudad.

Reportaron desde Victoria de las Tunas que en una finca del barrio Domínguez, apareció colgado en un árbol Pelayo Cusidó Torres.

Cusidó fue un combatiente contra la tiranía. En una ocasión fue amenazado de muerte por el entonces teniente Sosa Blanco, por sus actividades conspirativas. En el barrio Curana también hallaron ahorcado a Aquiles Espinosa, trabajador agrícola que luchaba contra el tirano militando en el M-26-7.

Con numerosas heridas de punzón y de arma de fuego encontraron en el kilómetro 86 de Ia carretera a Puerto Manatí el cadáver de Ángel Valerio Consuegra. La víctima desde los nueve años ayudaba a su padre, quien era pescador en la zona de Manatí. A los 17 años ingresó en las filas de los comunistas.

Denunció en Cueto, Evelio Feria Hidalgo que al transitar por el camino real halló muerto con varias heridas de bala a Loynaz echavarría Cordobez, vecino de Marcané. Loynaz Echavarría era un querido dirigente de los trabajadores azucareros en el central "Marcané", que hoy lleva su nombre. Ocupaba en el momento de su muerte los cargos de responsable del Frente Obrero y el de Finanzas del Comité Provincial del PSP en la Costa Norte.

En el central "San Germán" dio a conocer el jefe del Puesto de la Guardia Rural, teniente Agustín Martínez, que en una guardarraya de la colonia "San Francisco" encontraron muerto con varias heridas de arma de fuego a José Marcial Pérez Cruz. El occiso había comenzado a trabajar como carretero y después se hizo chofer de un camión. Había sido un activo miembro del M-26-7.

El alcalde de barrio de San Andrés denunció en el Puesto de la Guardia Rural el hallazgo en el camino de Guabiasiabo de un individuo muerto a tiros, quien resultó ser José Mendoza García. José Mendoza García, no como se dio en la nota oficial, era obrero panadero, profundamente querido en la zona de San Andrés. Miembro del PSP, combatió activamente a la tiranía desde el 10 de marzo.

En el barrio de Buenaventura mataron de un balazo en el pecho a Isaac Hernández Oliver. La víctima se había unido a la lucha del pueblo contra los que se adueñaron del poder apoyados en las bayonetas.

Antonio Concepción Perodín fue hallado muerto con varios balazos en el cuerpo, en la colonia "Guarana", Puerto Padre. Concepción Perodín, desde la imposición del régimen del cuartelazo, se situó frente a él hasta su muerte.

En la nota oficial publicada en los diarios el Buró de Prensa del Regimiento 7 omitió informar otros tres crímenes.

Los de Ramón Téllez Peña, práctico de farmacia; Luis Sera Moreno y Enrique Casals Villarreal, pertenecientes al PSP.

Justicia Popular

El 23 de noviembre de 1957 Fermín Cowley, autor también del asesinato en masa de los expedicionarios del "Corinthia", pagó sus crímenes al ser ajusticiado en Holguín por miembros del Movimiento Revolucionario 26 de Julio. Su muerte conmovió profundamente al régimen. A las pocas horas, decenas de soldados en tanques y camiones detuvieron a cientos de ciudadanos para "interrogarlos" mediante las más refinadas torturas. Los criminales tomaron venganza asesinando eI 9 de diciembre a seis jóvenes revolucionarios. La sangre de los mártires de las "Pascuas Sangrientas" no se derramó en vano. El terror no detuvo la firme decisión de lucha del pueblo, ni el desarrollo impetuoso del Ejército Rebelde para lograr más tarde el derrocamiento de la tiranía.

Revolucionarios asesinados


Rafael F. Orejón Forment.

 


Jesús Feliú Leyva.

 


Ángel Valerio Consuegra.

 


Antonio Concepción Perodín.

 


José Marcial Pérez Cruz.

 


José Mendoza García.

 


Alejo Tomás López.

 


Luis Sera Moreno.

 


Aquiles Espinosa Salgado.

 


Loynaz Echavarría Cordovez.

 


Héctor Infante Pérez.

 


Enrique Casals Villarreal.

 


Thelmo Esperance Levelle.

 


Pedro Díaz Coello.

 


Luis Peña Martínez.

 


Williams Aguilera Ochoa.

 


Pelayo Cusidó Torres.

 


Gilberto González Rojas.

 


Isaac Hernández Oliver.

 


Ramón Téllez Peña.

 


Silverio Núñez Hernández.

 

Enrique Morgan Nicola: No existe foto.

Armando Guzmán Guindys: No existe foto.