CUADERNO DE CUBA

Saturday, November 25, 2006

THE TRUTH ABOUT VARELA

By Alejandro Armengol

A CubaNews translation by Ana Portela.
Edited by Walter Lippmann

http://armengol.blogspot.com/2006/11/la-verdad-sobre-varela.html


More than the sadness over the emotional crisis of my colleague, José Varela, I am disturbed over the manipulation of the case by certain radio and TV commentators and journalists in Miami.

They have tried to establish a link between the desperate and irrational action committed by Varela —to lock himself up in the office of the El Nuevo Herald editor for several hours and to demand his [the El Nuevo editor's] resignation and that of the editor of The Miami Herald— and the events that occurred in both papers during the past few months.

The reasons, concerns and even obsessions of Varela go beyond the case of the journalists of El Nuevo Herald and Radio Marti, a mistaken phrase by the director of The Miami Herald and the tense relationship between both dailies.

Far beyond the personal emotional factors, it is possible that these events precipitated or shaped, in some details, the action of the cartoonist. It is also true that in his exchanges during his lock-up in El Nuevo Herald there was reference to these events.

That is not the case, however. It leads me to conclude that the action committed by Varela was a call to limited attention to his awareness of the treatment of the Cuban subject by the two journalists and a protest in favor of the points of view of those who consider that criticisms of certain exile sector are, in fact attacks on the exile community.

The opposite is the truth. Varela always fought for an increase in criticisms of the established powers in the Miami exiles, to local and national policies, against the opinion that terrorists here are considered patriotic and the organizations that say they are fighting for a change in Cuba when, in truth, they milk the anti-Castro cow.

I have a large electronic message Varela sent me on June 26 this year related to my column. Because of the humor in El Nuevo Herald, where he talks of the facile criticism to which he never submitted. He lists the subjects he would want to touch upon frequently and complains of the problems of censorship. As usually occurs, I agree with him on some points and not on others. This is not important now. What should be noted, what tormented the cartoonist, was not criticism of the so-called “historic exile” but the complete opposite.

Varela writes in his message: “But one thing I promise” I’m not going to end up drawing Fidel with fangs over an island covered by skeletons, nor triumphant exiles applauding the current president.

Now manipulation is mixed with ignorance from the radio listeners of Radio Marti to the journalists of The New York Times who want to see it all as a problem of biased coverage of The Miami Herald against Cuban Americans.

In addition to his talent, Varela is an honest man who is now going through a very difficult period and deserves our support. His case should not be used in favor of quarrels and reproach.

Comment by Alejandro Armengol at 6:14 AM  

 

Alejandro Armengol was born in Cuba and lives in the United States since 1983. He studied Electric Engineering and Nuclear physics in Havana University, graduating with two degrees – psychology and sociology that link him to two professions he has never worked with. He has worked in journalism for more than fifteen years. His articles can be found in magazines and newspapers in the United States and Europe some that have been awarded by the National Association of Hispanic Publications. He has a weekly column in El Nuevo Herald and another is a digital page, Encuentro en la red. La Galeria invisible (short stories) and Cuaderno Interrumpido (poems) appeared in 2000. You can write him to aarmengol@herald.com

 



CUADERNO DE CUBA

sábado, noviembre 25, 2006

LA VERDAD SOBRE VARELA
por Alejandro Armengol

http://armengol.blogspot.com/2006/11/la-verdad-sobre-varela.html

MAS ALLA DE la pena por la crisis emocional que sufre mi colega, el caricaturista José Varela, me disgusta la manipulación del caso por parte de ciertos comentaristas y periodistas de la radio y la televisión de Miami.

Se ha tratado de establecer un vínculo entre la acción desesperada y irracional cometida por Varela —parapetarse en la oficina del director de El Nuevo Herald por varias horas y exigir la renuncia de éste y del director de The Miami Herald— y los acontecimientos ocurridos en ambos periódicos en los últimos meses.

Los motivos, las preocupaciones e incluso las obsesiones de Varela superan el caso de los periodistas del Nuevo Herald y Radio Martí, una frase desafortunada del director de The Miami Herald y la tensa relación entre ambos diarios.

Más allá de los factores emocionales personales, es posible que estos acontecimientos precipitaran o configuraran en algunos detalles la acción del caricaturista. Es cierto también que en sus intercambios durante las horas que se mantuvo parapetado en El Nuevo Herald hubo referencia a estos hechos.

Nada de ello, sin embargo, permite concluir que el acto de Varela fue un llamado de atención limitado a su percepción del tratamiento del tema cubano por los dos periódicos o una protesta en favor de los puntos de vista de quienes consideran que las críticas a cierto sector del exilio no son más que ataques a la comunidad exiliada.

La realidad es todo lo contrario. Varela siempre batalló por un aumento de las críticas a los poderes establecidos en el exilio de Miami, a los políticos locales y nacionales, a los terroristas que aquí se consideran patriotas y a las organizaciones que dicen luchar por un cambio en Cuba cuando en realidad se limitan a lucrar con el anticastrismo.

Tengo en mi poder un extenso mensaje electrónico que Varela me envió el 26 de junio de este año, con relación a mi columna Por el choteo, aparecida en El Nuevo Herald, donde habla del facilismo crítico en que nunca cayó, expone los temas que quisiera tocar más a menudo y se queja de problemas de censura. Como suele ocurrir, en algunos puntos comparto sus criterios y en otros no. Esto no es importante ahora. Lo que vale la pena destacar es que lo que atormentaba al caricaturista de forma obsesiva no eran las críticas al llamado “exilio histórico”, sino todo lo contrario.

Dice Varela en su mensaje: “Pero una cosa te prometo: no voy a terminar pintando a Fidel con colmillos sobre una islita llena de calaveras ni a un exilio triunfante aplaudiendo presidentes americanos de turno”.

Ahora la manipulación se mezcla con la ignorancia y desde los oyentes de la radio de Miami hasta los periodistas de The New York Times quieren verlo todo como un problema de cobertura parcializada de The Miami Herald en contra de los cubanoamericanos.

Además de su talento, Varela es un hombre honesto, que en estos momentos atraviesa por una situación muy difícil y merece nuestro apoyo. Su caso no debe ser utilizado en favor de rencillas y reproches ajenos.

 

Comentario de Alejandro Armengol a las 6:14 AM  

Alejandro Armengol nació en Cuba y vive en Estados Unidos desde 1983. Cursó estudios de ingeniería eléctrica y física nuclear en la Universidad de La Habana, para terminar con dos títulos -psicólogo y sociólogo- que lo vinculan a dos profesiones que nunca ha ejercido. Se dedica al periodismo desde hace más de quince años. Sus artículos se encuentran en revistas y periódicos de Estados Unidos y Europa. Algunos han sido galardonados por la National Association of Hispanic Publications. Tiene una columna semanal en El Nuevo Herald y otra se difunde en el periódico digital Encuentro en la red. En el 2000 aparecieron La galería invisible (cuentos) y cuaderno interrumpido (poemas). Su libro de relatos, Miamenses y Más, fue publicado en el 2003. Escríbale a aarmengol@herald.com