The Mistakes of Stalinism
THE TRAGEDY OF ISAAC BABEL
by Lisandro Otero, Havana,
Cuba
La Jiribilla (Havana, Cuba)
A CubaNews translation. Spanish original follows
translation.
No Soviet writer suffered the contradictions between the political power and the
maladjustment of the ongoing utopia as Isaac Babel did. Red Cavalry, his
main book, was published in 1925, after his experiences in the First Regiment of
Cossacks of General Semyon Budyonny, which he joined in 1920. But his literary
experience had begun in 1916, when he began to publish in the literary magazine
Letopis, directed by Gorky, who was his first mentor and political
protector since then.
Babel learned to write in a concise way, summarizing his experiences in
well-balanced capsules. Each one of his short stories was rewritten time and
again. Some he rewrote a hundred times. He worked with passion. He confessed
that when he could not make a sentence perfect, he had heart palpitations.
Finishing a passage of five hundred or a thousand words could take him a whole
month. To him, writing was as anguishing as climbing a steep peak -- he once
told Paustosky -- and every meter was won with painstaking effort.
To this colleague and friend, Babel confessed he had no imagination and was
incapable of inventing anything; he needed authenticity, and had to nurture on
real events that he would later transform. He would witness extreme situations
of human behavior and would collect them faithfully to turn them into literature
later. His special gift was to know how to select his samples of life.
From the very first moment after the Revolution, Babel collaborated as a
propagandist for ROSTA, the state news agency that later became TASS, and also
for the Red Army newspaper. He was a collaborator of the Cheka and a personal
friend of the bloodthirsty Yagoda. He told Mandelstam -- who criticized him for
this attitude -- that he wanted to be “next to the smell of death”.
In 1928 Budyonny accused him of having lied about the Cossacks in the First
Regiment. “Distortions of an erotomaniac author”… “petit bourgeois vision”…
“ranting from a delirious Jew”, were some of the accusations. He never saw
action -- according to Budyonny -- he was always in the rearguard. Once again
Gorky came to the rescue and managed to throw him a robe of immunity; but after
this Babel entered the realm of silence and emerged, temporarily, in 1934, when
the First Congress of Soviet Writers was held. There, in one of the meetings, he
made a speech to praise Stalin.
In 1935 he wrote a play, Mariya, that was denounced and shunned from the
theatres. With Eisenstein, he wrote a movie script that could not pass
censorship and had to be abandoned. But Babel continued traveling within Russia
and continued writing short stories that nobody would publish. Gorky always
protected him, but when he [Gorky] died in 1936, Babel knew that very hard times
were ahead.
In May 1939 he was arrested in his villa of Peredelkino, the hamlet of writers.
He asked Antonina to let his friend Andre Malraux know what was happening. One
of the accusations was that he was spying for the French intelligence service
and had been recruited by Malraux. It is now known that fifteen manuscripts and
eighteen notebooks were confiscated and have been lost forever, among them a
complete novel, Kolya Topuz and a book of stories ready for publication:
New Stories.
In prison, he tried to win favor asking permission to write a novel where he
would describe “the road that led him to commit crimes against the Soviet
State”. Babel was locked in a cell at the Lubyanka where he was made to confess
that he had contacted the Trotskyites during his trips abroad and had felt
attracted to the enemies of his country. He also declared that Red Cavalry
was a work expressing his mood and was not “what was happening in the Soviet
Union, and therefore its emphasis on the cruelty of the Civil War”. He also
confessed having given information to Andre Malraux on the agricultural
collectivization. Finally he admitted knowing about a plot to assassinate Stalin
and Voroshilov.
The trial of Isaac Babel was held on January 26, 1940 at the office of Lavrenti
Beria, Yagoda’s successor. It lasted only twenty minutes. From the records, now
declassified, it is known that his last words were, “I’m not a spy. I never
allowed any action against the Soviet Union. I falsely accused myself and was
forced to accuse others. I ask for only one thing: let me finish my work!” He
was executed at 1:30 AM that night.
Revised and edited by Walter Lippmann
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Errores del estalinismo
LA TRAGEDIA DE ISAAC BABEL
Lisandro
Otero •
La Habana
Ningún escritor soviético sufrió tan intensamente las contradicciones entre el poder político y los desajustes de la utopía en marcha como Isaac Babel. Caballería roja, su libro fundamental, salió publicado en 1925, tras su experiencia en el Primer Regimiento de cosacos del general Semyon Budyonny, al cual se incorporó en 1920. Pero su experiencia literaria se había iniciado en 1916, cuando comenzó a colaborar en la revista literaria Letopis, que dirigía Gorky, quien fue su mentor inicial y protector político, desde entonces.
Babel aprendió a escribir de manera sucinta, condensando sus experiencias en cápsulas muy bien balanceadas. Cada uno de sus cuentos era reescrito una y otra vez. Algunos los llegó a rehacer hasta un centenar de veces. Se apasionaba con lo que hacía. Confesaba que cuando no podía perfeccionar una oración le entraban palpitaciones cardiacas. Un pasaje de quinientas, o mil, palabras podía llevarle hasta un mes para concluirlo. Escribir era para él tan angustioso como escalar una afilada escarpa, le confesó a Paustosky, ganando cada metro con una trabajosa ascensión.
Babel le dijo a su colega y amigo, que no tenía imaginación, era incapaz de inventar nada; necesitaba autenticidad, tenía que nutrirse con incidentes reales que luego iba transformando. Presenciaba situaciones extremas de la conducta humana y las recogía fielmente para luego convertirlas en literatura. Su olfato especial consistía en saber seleccionar adecuadamente sus muestras de vida.
Desde el primer instante, tras la Revolución, Babel colaboró como propagandista para ROSTA, la agencia de noticias del Estado, que luego se convirtió en TASS, y para el periódico del Ejército Rojo. Fue colaborador de la Cheka y amigo personal del sanguinario Yagoda. A Mandelstam, que le reprochaba esta actitud, le dijo que deseaba estar cerca del "olor de la muerte".
En 1928 Budyonny le acusó de haber mentido sobre los cosacos del Primer Regimiento. "Distorsiones de un autor erotomaníaco", fue una de las imputaciones, "visión pequeño burguesa"... desvaríos de un judío demente", se le inculpó. Nunca estuvo en combate, según Budyonny, siempre se mantuvo en la retaguardia. Una vez más la defensa de Gorky logró extender un manto de inmunidad, pero a partir de entonces Babel entró en un silencio casi total del cual emergió, transitoriamente, en 1934, al celebrarse el Primer Congreso de Escritores Soviéticos, donde pronunció una loa a Stalin en una de las sesiones..
En 1935 se atrevió a escribir una obra teatral, "Mariya", que fue denunciada y retirada de los teatros. Elaboró un guión de cine, con Eisenstein, que no pudo pasar la censura y hubo que desistir del proyecto. Pero Babel no dejó de viajar dentro de Rusia y continuó escribiendo cuentos que nadie publicaba. Gorky siempre le protegió pero al morir, en 1936, Babel supo que comenzaban los tiempos más duros para él.
En mayo de 1939 fue arrestado en su villa de Peredelkino, la aldea de los escritores.
Le pidió a Antonina que le avisara a su amigo, André Malraux, de lo que ocurría. Una de las acusaciones fue de espiar para la inteligencia francesa, para la cual había sido reclutado por Malraux. Ahora se sabe que le ocuparon quince manuscritos y dieciocho libretas de notas que se han perdido para siempre, entre ellos una novela terminada, Kolya Topuz, y un libro de narraciones, listo para ser publicado: Nuevos cuentos.
Ya en prisión trató de ganar indulgencias pidiendo que le permitieran escribir una novela donde describiría "el camino que le llevó a cometer crímenes contra el Estado soviético". Babel fue encerrado en una celda de la Lubyanka donde le hicieron confesar que había entrado en contacto con trotskistas durante sus viajes al exterior y que se sintió atraído hacia los enemigos de su país. También adujo que su Caballería roja era una obra que expresaba un estado de ánimo y no era "lo que estaba ocurriendo en la Unión Soviética, de ahí su énfasis en la crueldad de la Guerra Civil. También confesó haber entregado información a André Malraux sobre la colectivización agrícola. Finalmente admitió haber sabido de un complot para asesinar a Stalin y a Voroshilov.
El juicio de Isaac Babel tuvo lugar el 26 de enero de 1940 en la oficina de Laurenti Beria, el sucesor de Yagoda. Duró veinte minutos. Por las actas, que ahora se conocen, se sabe que sus últimas palabras fueron: "No soy un espía. Nunca permití ninguna acción contra la Unión Soviética. Me acusé falsamente y me forzaron a acusar a otros. Solamente pido una cosa: ¡déjenme terminar mi trabajo!". A la una y media de la madrugada fue ejecutado.